lunes, 10 de octubre de 2011

Robando una fantasía a mi melancolía (parte I)


Quizá para que me entiendan tenga que remontarme a un pasado cercano.

El año 2011 trajo muchas cosas: Recomienzo, nuevas amistades, replanteos, grandes enseñanzas y una gran claridad (que obviamente siempre se acompañara de su yang, la duda).
Pero hay una experiencia que reune casi todo lo sucedido en tan solo una semana: Mis vacaciones.
Fueron allá por abril. No recuerdo como surgió pero en un ataque de lucidez y enorme dicha pude convencer a un grandisimo amigo para que me acompañase en mi idea de viajar al sur.
Hay un detalle que quizá desconozcan: mi gran amigo es un colombiano que estaba recién llegado a Bolivia por cuestiones laborales (es mas profundo, pero no va al caso) y a quien nunca había tenido el placer de conocer personalmente. Nuestra comunicación siempre fue por internet y si bien la tecnología de hoy nos da la posibilidad de hablar y vernos a la distancia; nunca nada se comparara con la cercanía que se produce en el encuentro personal.
Grande, fue mi sorpresa cuando acepto de inmediato la idea; totalmente asombroso. que con mis dotes de desorden haya conseguido una mas que satisfecha plantificación; e increíble, verme allí sentado en aquel remis con dos pasajeros mas de acento importado (vino junto a una linda colombiana también perdida en tierras bolivianas) que me acompañarían en la aventura.
Y allí estaba, con objetivos fijos: Por fin conocerme en persona con mi amigo, crear una nueva amistad con otro extranjero para mi CV y pasarla mal en Bariloche y El Bolson.
Y el objetivo se cumplió con creces.
Puedo hablar bastante sobre aquella experiencia, quizá hasta armar un día a día. Pero ¿quien dijo que este era un blog divertido? No, la idea del post es mas aburrida...

Omitiendo detalles, al volver a la ciudad, la experiencia vivida trajo grandes cantidades de material para analizar.
El reencontrarme con el estilo de vida del interior en conjunto al relato de las nuevas vivencias de mi amigo y aquellos análisis introspectivos que comencé a tener el año pasado y viví desde principios de éste (como el retiro definitivo de una idea de futuro lejano en la informática y el acercamiento a las ciencias sociales) me hizo preguntar (nuevamente) si la vida que llevaba y su locación eran acertadas.
Rápidamente, al encontrarme debatiendo aquella duda, tome la decisión de no relegarla y delinear esa ocurrencia de futuro de manera menos idílica para llevarla a, al menos, una proyección palpable.
Claramente la duda se convirtió en algo mas entendible y tuve que planificar en tiempos mas cercanos los nuevos pasos a seguir entre los que se encontraba uno muy claro: Mi retirada de la gran ciudad.

No era un plan arriesgado, de hecho era inerte y aquella decisión anestesio la duda. Consistía en lo siguiente: Comenzar a ahorrar para en un futuro conseguir comprar un terreno o una casa ya edificada en el lugar que eligiese como destino y para ese entonces ya habrían pasado sus buenos años (calculaba 3 o 4) donde estaría terminando (o al menos en un estado avanzado, aunque no era completamente relevante) la nueva carrera universitaria y allí vendría un periodo de decisión donde me iría yendo a vivir a ese codiciado destino procurando ir de a poco dedicándome a trabajos sociales/políticos que me alejasen paulatinamente de mi actual profesión.
Por lo que el plan inmediato era emprender el ahorro y comenzar a buscar como hobby precios en diferentes puntos del país..... (a propósito... quede loco con el sur).

Bonita idea. O al menos, eso creí...
Digamos que la vida se emperra en joderte planes (me gusta ser esquivo a mi responsabilidad) y, al menos en la mía, ésto es una constante...

(to be continued...)

Desde tu corazón (León Gieco)

Dudo que se pierda aquel viejo recuerdo
me prendo en su cola en cualquier momento
dime si voy me doy un baño
y me voy hacia tu invitación

Mi vida siente que palpita tu amor
en aquel pueblo chico del sol
justificando mi cabeza perdida
quizás siempre te diga que todo ya pasó

Es que a cierta edad
hay una inmensa pared
que a veces es preciso volver a saltar
desde tu corazón nuevamente

Dudo si alguna vez yo me pregunté
sobre que mundo he parado mis pies
dime porque, viejo recuerdo, porque
me haces girar atrás

Presiento que todas mis fuerzas no están
cabalgando hacia el mismo lugar
suelta mi brazo que me están esperando
no me hagas morir solitario